sábado, 10 de enero de 2009

LA MANO INUTIL

Aprender a escribir con la mano opuesta a la que se hizo toda la vida, es una ardua tarea (además de innecesaria). Supongo que el éxito recide en la perseverancia, copiar mecanicamente los movimientos de la mano acostumbrada es un buen sistema, pero no lo es todo. La copia mecánica despoja al acto de escribir de su naturalidad, fluidez y casualidad.
Asi y todo decidí darle a mi hemisferio izquierdo la nueva y desafiante labor de escribir con ella, vale decir, con la derecha.
Vaya, ya estoy cansado, ya estoy arrepentido. Acabo de amputarme la mano torpe, la inútil, no soportaba la idea de fracasar.